Lost Parió

El sábado 6 de junio amaneció fresco, y para casi todos los jugadores del Naranja este despertar fue cerca del mediodía, ya que una amiga del equipo y fiel hincha del Naranja en Capital, había cumplido años el 5 de junio y obviamente los festejos se extendieron hasta altas horas de la madrugada. Muchos rumores salieron a correr, pero lo que es información certera es que dos de los tres nueves del equipo, entre alcohol y bailes de todo tipo, olvidaron recoger las piernas al retirarse del establecimiento ¿Serán el Burrito y el Ogro del Naranja?
El partido comenzó a las 14 hs. y debido a lo comentado líneas arriba, todos los jugadores de Atlético entraron dormidos, como demostrando que se está yendo a jugar por costumbre y no por la motivación que te puede dar jugar en la primera división de un campeonato como este. Lo Parió, un equipo bien armado, sin una gran figura pero sí bien compacto en todas las líneas, encontró el primer gol gracias la buena fortuna cuando el partido aun era parejo, y esto desesperó como ya es costumbre, al equipo del noroeste de la Pcia. de Buenos Aires.
En medio de la desesperación, la rabia como consecuencia de la mala suerte y la sensación de que todo lo malo empezaba a repetirse nuevamente, el Naranja siguió intentando buscar el gol aunque sin ideas claras, sin buen juego, sin la garra suficiente, sin, sin, sin…
Entonces pensaran ustedes que les estoy mintiendo si les digo que este equipo buscó el gol pero sin entusiasmo, sin convicción, y sin tantas otras cosas… OK, está bien, quizás es una suposición propia esto de que un equipo que va perdiendo inevitablemente busca empatar, simplemente por eso llego a esta conclusión que muy probablemente sea errónea.
Lo cierto es que en pocos minutos más el Naranja perdía tres a cero y ya no era un equipo dormido sino un equipo que estaba perdido, sin brújula que pudiera orientarlo, un barrilete que lejos de ser cósmico, era irremontable.
El entretiempo dio lugar a gritos, reproches, arengas y charlas para tratar de revertir el resultado, pero por dentro ni el más optimista de todos era capaz de pensar que se podía dar vuelta el resultado.
Al comienzo del segundo tiempo se vio otro equipo, y no me refiero al cambio táctico de pasar a defender con dos en lugar de hacerlo con tres, se vio un equipo vestido de negro que quería llevarse todo por delante, con la garra que estuvo fuera de la cancha en el primer tiempo, pero con las mismas pocas ideas para atacar que tiene desde hace varios partidos. Las llegadas más claras estuvieron en dos oportunidades en los pies de Raúl y una clarísima del Nava frente a las cuales el arquero rival respondió de muy buena manera, quedándose así con su valla invicta.
El avión viene volando a poca velocidad y muy bajo, con serias posibilidades de meterse en una tormenta eléctrica de tipo B, solo de nosotros y nuestra garra depende que este vuelo pueda esquivar la tormenta a tiempo.

Morocho (13)